Cortesía AFP.

No queda claro el grado de participación que tuvieron los colombianos en el asesinato del primer mandatario haitiano Jovenel Moïse.

Nuevas versiones del hecho apuntan a que no serían 22 los colombianos implicados en el asesinato de Moïse sino que la cifra asciende a 30, además, la mayoría de estos exmilitares y sus familias aseguran que fueron contratados con mentiras en los objetivos del vínculo laboral y fueron atraídos con altas sumas de dinero que rodean los $ 3.500 USD por mes, es decir $13.420.939 COP, según indican los supuestos culpables del homicidio.

Dentro de las declaraciones también se menciona que el grupo iba a ser más grande, por lo menos otras 300 personas se encontraban esperando orden de salida en Bogotá para unirse al pelotón de seguridad privada en el que varios colombianos perdieron la vida, entre ellos el Sargento (R) con honores Duberney Capador, entre otros.

La empresa que realizó el vínculo laboral es la firma norteamericana CTU (Counter Terrorist Unit), tiene su sede en Miami y funciona como academia de tácticas de asalto en escenarios terroristas, sin embargo, el tercero en Bogotá que contactó con los exmilitares les aseguró a estos que el objetivo se trataba de un tema de seguridad y que su misión solo sería revelada una vez llegasen a Haití.

Los colombianos que aún se encuentran detenidos por el Gobierno Haitiano aseguran que fueron engañados mientras continúan las investigaciones en su contra por el magnicidio del cual se les culpa, mientras en nuestro país la Policía Nacional realiza lo propio investigando la empresa que funcionó como enlace para los contratos entre ex miembros del Ejército Nacional y la firma CTU, sin conseguir aún resultados esclarecedores.

Por elradar

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